UN CUENTO DE IMAGEN
P. Daniel Albarrán
Érase una vez...
Estaba yo
en la capillita
del Santísimo.
Hacia los Laudes:
Oración de la mañana,
según la Liturgia de las horas.
Eran las
siete y media
de la mañana.
En eso,
me distraje
mirando un cuadro
de la Virgen María
con el Niño Jesús.
Era una mezcla
de estilos.
Full colorido.
Entonces,
me puse
a detallar:
El niño Jesús
y la madre, la Virgen María,
tenían las mismas facciones:
-- caras ovaladas
-- ojos alargados,
-- ojos, un poco achinados,
--cuellos alargados.
Y, en eso
me entretuve.
Entonces, me pregunté:
-- ¿El que pintó ese cuadro
-- se habrá dado cuenta de esos detalles?
Y, enseguida,
seguí preguntándome:
-- ¿Será que, María, la Virgen,
-- y el Niño Jesús
-- se parecerían,
-- aún, físicamente?
Y, me quedé
mirando el cuadro.
Y, me respondí:
-- Por supuesto,
-- que tendrían que parecerse
-- porque,
-- ambos, pertenecen
-- al mismo proyecto de Dios:
-- sin pecado original:
-- haciendo la voluntad
-- del Padre, Dios.
Y, volviendo
a mí realidad
continué
haciendo los Laudes.
Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.
Fin
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