domingo, 19 de julio de 2020

UN CUENTO DE COSAS Y COSAS

UN CUENTO DE COSAS Y COSAS

P. Daniel Albarrán


Érase una vez...

Un pueblo

parecido al Macondo,

de Cien años de soledad,

de Gabriel García Márquez.

En el que

sucedían cosas

que no eran imaginación.

Más bien,

cosas reales:

Era de una

mujer muy debota

en asuntos religiosos:

Tenía fama

de rezandera

y de hablar con

el Espíritu Santo.

Así lo decís ella.

Hasta el Espíritu Santo

le decía

cosas y le revelaba

cosas del más allá.

Eso decía ella.

Y, así,

también,

lo decía todo el mundo

del pueblo,

que no era Macondo.

Todos los días

la veían

con un crucifijo

pegado en el pecho,

pues iba de casa

en casa,

haciendo rezos

y conjuros.

Y, en ese ir,

se encargaba

de llevar chismes

 e inventarlos.

So garantía

de tener

revelaciones.

Allá iba.

Con su crucifijo.

Y, con su fama.

Y, hasta blanqueaba

los ojos

cuando hablaba,

y que hablaba...

hablaba.

Y, no, precisamente,

de Buendía,

ni del pueblo de Gabriel García Márquez,

ni de Macondo...

Y, hablaba de la casa anterior

de la que había visitado,

y, así, en crescendo.

Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.

Fin.

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