lunes, 20 de julio de 2020

UN CUENTO DE EMPUJÓN

UN CUENTO DE EMPUJÓN

P. Daniel Albarrán


Érase una vez...

Apenitas, la semana

pasada.

Día martes,

mes de junio.

Fuí a la ciudad.

Y, en una de

"Un abío

y dos mandados",

fui a la casa

del Obispo.

Después de

saludar

y conversar

con el Obispo,

de manera franca,

y bonita,

al despedirnos,

mi carro no prendió.

Tenía mala la batería.

No daba

por arranque,

ni ese día,

ni los anteriores.

Se estaba prendiendo

de empujones.

Y, no habiendo más,

ni nadie,

fue el propio Obispo

quién empujó el carro,

para prenderlo empujado.

-- ¡Graaaaacias!...dije yo

montado ya en mi carro

y con ello decía

adiós...

Y hasta se veía simpática

aquella escena.

Y, así pude seguir

al segundo mandado

de un solo avío.

Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.

Fin

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