jueves, 8 de junio de 2017

EL CUENTO DE LA PERRITA QUE SE LLAMABA PERLA MARGARITA

EL CUENTO DE LA PERRITA QUE SE LLAMABA PERLA MARGARITA.
P. Daniel Albarrán


        Érase una vez una perrita de color blanco. 
       Era muy corretona y ladraba por todo. Era también muy juguetona. Todos los de la casa se alegraban de verla correr de la sala al comedor, y de aquí para allá. Y buscaban la manera de jugar con ella. Le tiraban el juguete de plástico para que fuera a buscarlo. Perla Margarita iba corriendo y traía en su boca el juguete para que lo volvieran a tirar e ir tras él en una velocidad que provocaba la risotada.

Perla Margarita tenía con todos y cada uno de los de la casa un comportamiento distinto. Y eso hacía que todos la quisieran mucho. Ella había logrado ser el centro de atención de aquella familia. A la señora de la casa le obedecía en todo con un gran respeto. La señora la regañaba por cualquier cosa que ameritara una llamada de atención, entonces Perla Margarita se iba a la sala y se metía debajo del mueble en actitud de regañada. Y hasta que la señora no la volviera a llamar por su nombre, Perla Margarita no salía de donde se metía; después se iba directamente a la presencia de la señora y se la quedaba mirando a la cara, como esperando que le dijera algo reconciliador y aprobatorio. Parecía que Perla Margarita, fuera una gente grande. Era enternecedor aquella actitud y comportamiento de Perla Margarita.

Entonces, volvía a ponerse juguetona y corredora. Volvía a ladrar. Y la alegría volvía a invadir la casa de aquella familia. Y volvía a morder juguetonamente con todos. A uno le mordía la bota del pantalón, a otro le llevaba el juguete de plástico, a otro esto o aquello, y Perla Margarita volvía a ser Perlita Margarita.

Colorín. ..Colorado...Este cuento se ha acabado.

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