EL CUENTO DE LA FUENTE DE LA PLACITA
P. Daniel Albarran
Érase una vez una plaza grande que tenía una placita chiquita. Al frente de la plaza grande había una Iglesia. Y la placita estaba en un lado de la Iglesia. En el lado izquierdo.
Se decía que la placita había sido muy bonita, y que había tenido una fuente de agua que bañaba la imagen de una Virgen del Rosario que estaba en la parte más alta del diseño de la estructura de cemento.
La placita y la fuente y la imagen de la Virgen del Rosario, últimamente estaban casi en el abandono. Y todo hacia pensar que sus tiempos bonitos pertenecían al pasado. Todos pasaban y casi ni se percataban que en ese lugar había habido una placita, una fuente y todo eso. Sin embrago, ahi estaban y habian estado siempre desde un comienzo.
Ju y Mo habían querido rescatar su belleza, y una vez sembraron unas matas ornamentales alrededor, e igual, unos pinos. Era cuando Ju y Mo habian estado contentos. Así duraron poco tiempo, y las matas se sacaron, por falta de cuido. También tuvieron la misma suerte los pinos. Y la placita siguió semiabandonada.
Algunas veces cuando la hierba crecía se buscaba a una persona para que viniera a desmalezar la placita. Se pagaba por ese servicio.
Un buen día vino Vi con su esposa. Ellos siempre pasaban y veían la placita. Pero ese día se dijeron: -- vamos a rescatar nuestra placita. Y juntando a unos vecinos y amigos hicieron la propuesta de dar dinero y buscar a un trabajador para que hiciera el trabajo de poner bonita la placita, la fuente, y todo el conjunto de la placita.
Así lo hicieron.
Vino el trabajador. Y con él vinieron dos trabjadores más. Cortaron el monte. Removieron la tierra. Colocaron tubos para el agua. Limpiaron todo el cemento. Pintaron de color azul una parte, de color verde y amarillo otra parte, de color marrón otra. Y pintaron y embellecieron la imagen de la Virgen del Rosario. Sembraron matas alrededor de la fuente. Pusieron matas bonitas.
Entonces las gentes empezaron a ver otra vez que al lado de la Iglesia, que queda al frente de la plaza grande había una placita, que tiene una fuente y tiene agua. Siempre la había habido porque siempre ahi había estado. En el lado izquierdo de la Iglesia.
Los niños empezaron a ir a la placita, porque la placita tenía una fuente de agua. Empezaron a ir a jugar con el agua de la fuente. Los pajaritos empezaron a ir a la fuente a tomar agua. Y la gente grande empezó a tomar fotografías de la placita, para guardar el recuerdo de lo bonito de la fuente, de la placita y de las matas y de todo.
Y el trabajador empezó a ir todos los días a cuidar de la placita, porque, ahora era desde ya su placita, y le ponía agua a las matas, y recogía la basura. Y tenía bonito la placita y todo eso.
Vi y su esposa estaban muy contentos.
Ju y Mo se volvieron a contentar.
Y...colorín Colorado...este cuento se ha acabado.
Fin.
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