UN CUENTO DE PETICIÓN
P. Daniel Albarrán
Érase una vez...
25 de julio:
día de la fiesta litúrgica
de Santiago Apóstol.
Y, en el Evangelio
del día
hay algo
que me llama la atención.
Dice:
--se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos
-- con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
-- Él le preguntó:
-¿«Qué deseas?»
-- Ella contestó:
-«Ordena que estos dos hijos míos
-- se sienten en tu reino,
-- uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.»
Y, continúa
el Evangelio
con un diálogo
y enseñanza de Jesús.
Pero,
a lo que llama
la atención:
1) la madre de aquellos dos, también iba en el grupo con Jesús.
2) la madre se adelanta y toma hace la petición, por si algunos otros se fueran a adelantar.
3) entonces, ella le propone a Jesús:
4) póngame en buenos puestos a mis dos hijos.
Y, aqui,
me entretengo
pensando
e imaginando.
Y, me da
un poco de risa.
-- jajajajajajaja.
-- esta señora sabía lo que quería:
-- colocar en buenos lugares a sus hijos.
¿Hace mal por eso?
¿Qué madre no haría lo mismo?
Además,
tenía carácter
aquella señora,
y era decidida.
Y, vuelvo al texto.
Y, lo interesante
es que ella,
5) Ordena que estos dos hijos míos
-- se sienten en tu reino...
Y, aqui,
vuelvo a soltar
la carcajada,
pues el Evangelio
dice
que ella le dice
a Jesús:
-- Ordena que estos...mis dos hijos...
En el ordena
de la madre
está
la cosa.
-- jajajajaja.
O, sea,
que ella
manda que
Jesús mande.
Y, lo que
hace
que más
me entretenga
imaginando
es, que,
los otros
diez discípulos
se pusieron
muy bravos,
se molestaron
por aquello.
-- Jajajaja. Jajaja...
Se les habían adelantado
en la petición.
Entonces,
¿Por qué se molestan,
si no...?
Tal vez,
no irían las madres...
-- Jajajajajajaja ja.
Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.
Fin.
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