UNA ORACIÓN AL IR A SURTIR DE GASOLINA
P. Daniel Albarrán
Señor:
-- Me dispongo a ir a echar gasolina.
-- Tengo la esperanza que, hoy, cumpla ese objetivo.
-- Me desanima, sin embargo, ver las colas larguísimas frente a las estaciones de gasolina, y a las que tendré que unirme, en el número que me toque al llegar.
-- Me hace ilusión el pensar que pueda que encuentre a alguien que me haga avanzar y pasar rápido, y pueda echar gasolina.
-- Y, enseguida, pienso en todos los que llevan días haciendo cola. Y, no me parece justo que me hagan pasar primero. Pero, si se da, tampoco me voy a rehusar la oportunidad. Tampoco me gustaría que yo lleve horas en la cola, y llegue otro y no respete el transnocho y la fatiga de estar ahí.
-- Sé, igualmente, Señor, que los encargados de llevar el control, allá en las estaciones y en las máquinas surtidoras, tienen sus intereses económicos, y hacen pasar primero y con facilidad a los conocidos, y sobre todo, a los que les recompensan con dinero. Y, eso hace aumentar la molestia, porque aumenta el descontrol y el desorden y la injusticia. No los quiero juzgar. Pero, es triste esa realidad, Señor. Y, eso, porque, hay muchos que no tenemos para pagar ese favor. Los que tienen... gozan de ese beneficio. Y, los que no, que somos casi todos, tenemos que hacer la cola, so pena de no echar gasolina.
-- Es muy desconsolador, Señor, tener que echar gasolina solo el día que le corresponde a uno, según el número de la placa del carro, pues es cada cinco días que se puede, si es que se haya logrado; si no, hay que volver a los cinco días, con lo poco que va quedando de gasolina en el carro.
-- Aún, así, Señor, ahí voy yo a ver si hoy podré echar gasolina. No pierdo la esperanza.
-- Por otra parte, Señor, admiro y respeto a toda la gente que está en las colas. Algunos desde ayer tarde. Y, otros, desde más antes.
-- Los admiro y los respeto porque, con todo y todo, están de buen humor y tienen comportamientos de ser gente comportada y de dignidad y gallardía, a pesar de toda la humillación a la que estamos sometidos. Verdaderamente los admiro.
-- Señor:
-- ayúdame a tener buen comportamiento en la cola.
-- ayúdame a hacer amigos nuevos en la cola y a tener un trato elegante con todos, aún con los guardias y los policías que llevan el control en ese gran descontrol.
-- que no me falte el buen genio y que sepa ver el lado bueno de estar ahí.
-- Bueno... Señor...
-- Me voy a la cola.
Amén. Amén. Amén.