EL CUENTO SOBRE EL CAMINO CULEBRERO
P. Daniel Albarran
Érase una vez un viejito.
Caminaba encorvado y utilizaba un bastón para poder caminar.
Sus cabellos eran blancos como la nieve. Y su voz se entrecortaba por la tos que, a veces, no lo dejaba hablar.
Tenía ocho nietos que iban todos los días a visitarlo.
Los muchachitos jugaban a su alrededor y muchas veces le hacían perder la paciencia al viejito. Sin embargo, los muchachitos seguían en sus correrías.
-- "El camino es CULEBRERO, mis hijos" -- les decía el viejito, para enseñarles que las circunstancias cambian y los sujetos son siempre los mismos en distintas edades. Y que se es el mismo siempre.
Los años fueron pasando y aquellos chiquillos recordaban la voz cansina del abuelo, y empezaban a entender que el viejito tenía razón.
Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.
Fin.
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