miércoles, 2 de mayo de 2018

UN CUENTO SOBRE LA PROPIEDAD INTELECTUAL Y ESAS COSAS

UN CUENTO SOBRE LA PROPIEDAD INTELECTUAL Y ESAS COSAS

P. Daniel Albarran

Érase una vez...
Un gran orador estaba hablando sobre un tema de mucha importancia.

Todos los que estaban en la sala-auditorio estaban fascinados por las imágenes que iban surgiendo de aquellas palabras.

En eso consiste la magia de contar ideas, y más, si son relatadas con imaginación. Y si son con sencillez, es todavía, mejor. Se convierte, entonces, en magia hermosa.

Y, hay quienes tienen esa facilidad y ese don. Asi, como tambien hay quienes usan ese don de otros.

Para esto último, es necesario referir de quien es la idea.

Eso mismo se  hace cuando, por ejemplo, se lee la vida de Jesús. Apenas se comienza se dice el autor y de quien está tomada la idea. Y se dice "del Evangelio de Marcos, o Mateo, o Juan o de Lucas", y cada uno, a su manera y estilo, nos da una presentación de los hechos y palabras de Jesús.

Y,así con todos los que cuentan, y que se llama autor, en la vasta gama del saber, que es interminable.

Los que escuchaban ese día querían saber la fuente del cuento que acababan de escuchar y que los tenía entretenidos.

Entonces, se dijo el autor y todos mostraron interés por saber de quien se trataba. Y, con ello, ganaba en autoridad y respeto el que estaba exponiendo las ideas en cuestión.

Y, colorín-colorado;  este cuento se ha acabado.

Fin.

UN CUENTO SOBRE LO DE TRABAJAR EN EL DÍA DEL TRABAJADOR

UN CUENTO SOBRE LO DE TRABAJAR EN EL DÍA DEL TRABAJADOR

P. Daniel Albarran

Era ya la una de la tarde.
Y, según el horario de actividades de todos los días, era la hora del aseo.

En la mañana se había asistido a las clases según el pensul de estudios. Ya se había almorzado. Y, seguía la hora del aseo, para después pasar al tiempo de deportes.

Todos tenían un qué hacer: quien limpiaba y aseaba la capilla, quien lavaba los baños, quien barría y coleteaba los pasillos, quien cada salón de clases; quien esto y quien aquello. Todos tenían un por hacer en esa hora.

No dejaba de haber quien evadía su tarea, cosa que no era común, pues todos eran hacendosos y juiciosos.

Entonces, aparecía Dídimo, gritando-gritando , mientras hacía su oficio, diciendo: "San Pablo dice, que, quien no trabaje, que no coma". Y se dedicaba a realizar la tarea asignada con alegría y contagiaba, y aquella frase hacía, también, su trabajo. Todos reían por la ocurrencia de Dídimo

Y, todo quedaba bonito y limpio, y todos-todos vivían más alegres, pues cada cual hacía lo suyo.

Y,  después venía la hora de jugar fútbol, y la cosa se ponía requetebuena, porque aquello era más que sabroso. ..además por ser la alegría del deber cumplido, que era lo importante.

Y, colorín-colorado; este cuentose ha acabado.

Fin.

UN CUENTO SOBRE EL TONO DE LLAMADAS DE CELULAR CON LA MÚSICA DEL ZORRO

UN CUENTO SOBRE EL TONO DE LLAMADAS DE CELULAR CON LA MÚSICA DEL ZORRO

P. Daniel Albarran

Érase una vez...
En ese momento había sonado el teléfono de uno de los que estaban.

Todos los que ahí se hallaban soltaron las risotadas.

Era que la música que estaba como tono del teléfono era la de la serie El Zorro, de Walt Disney.

Todos empezaron a tararear: "cuando aparece la luna, aparece el bravo Zorro ....Zoooooorro....Zooorro...la Zeta del Zorro". Y, volvieron a soltar las carcajadas de manera contagiosa.

Y, espontáneamente, hablaron del Sargento García, del mudo Bernardo, y sin querer revivieron cosas que nunca pasan de cosas vividas en tiempos hermosos. Y resaltaron lo buena gente del Sargento García.

Y, el poseedor de aquel teléfono con ese tono de llamadas, dijo que para más después colocaría la de "Popeye, el marinooooo soy..." pero que todavía no había logrado descargar.

Y, todos movieron la cabeza como en sorpresa por tan sencillas ocurrencias, sin dejar de sentir que se sentía bonito, y sus sonrisas los delataba.

Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.

Fin.

UN CUENTO SOBRE LA PROPIEDAD INTELECTUAL Y ESAS COSAS

UN CUENTO SOBRE LAS FIESTAS DE SAN JOSÉ DE UN PRIMERO DE MAYO.


P. Daniel Albarran


La iglesia parroquial estaba a no más poder de gente. Se celebraba la fiesta de San José obrero y la parroquia estaba de fiesta de su patrón.


Las gentes bailoteaban con los cantos. Unos levantaban los brazos y zigzagueaban sus cuerpos a las melodías.


Todo era, realmente, muy bonito.


Una muchacha cantó el salmo y aquello era full de hermoso con su voz. Parecía una cantante en natural y en vivo, como en la televisión.


Todos estaban encantados. Era la fiesta del patrono, que estaba al lado izquierdo del altar, y parecía estar contento.


Todo era sencillo. Tal vez, por eso mismo, era que era bonito. Todo era espontáneo.


Los muchachos del Coro cantaban más que bonito, pues le ponía entusiasmo y emoción.


El padre predicador estaba hablando de cuando era niño y decía de sus tiempos de niño y ayudaba a hacer las tareas de la casa. Era muy refrescante escucharlo y contaba la alegría que le dio el día que aprendió a amarrarse las trenzas de los zapatos.


Y, desde ahí siguió hablando de la importancia del trabajo. Dios trabajó haciendo el mundo en siete días, y descansó porque todo está bien hecho.


Que al llegar al final de nuestros días podamos decir lo mismo: todo lo hicimos bien.


Dedicarse al trabajo. Día del trabajo.


Dios dijo: "comerás del trabajo de tu frente".


Algunos "comen el pan con el trabajo del sudor del frente". Y la gente río espontáneamente.


En se momento, dijo que el Papa Francisco decía que a José hay que presentarlo durmiendo. Quedando implícito que José se abandonaba en las manos de Dios.


Yo colaboro con Dios con mi trabajo.


Y por ahí siguió el predicador de manera sencilla, amable, simpática.


La gente estaba cómodamente en la celebración. Y, el Santo seguía donde lo habían colocado. Y, el coro cantando como nunca y como siempre.


Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.

Fin.

UN CUENTO SOBRE EL PASTOR DE OVEJAS Y SUS PERRITOS OVEJEROS

UN CUENTO SOBRE EL PASTOR DE OVEJAS Y SUS PERRITOS OVEJEROS

P. Daniel Albarran

Era domingo.
Los mensajes de felicitaciones seguían llegando por ser el día del Buen Pastor.


Felicitaciones y más felicitaciones porque eres "buen pastor", y se acompañaba cada buen deseo con estampas de imágenes coloridas y bonitas.


Y, el Evangelio decía que Jesús decía que "Él, es el BUEN PASTOR". No decía "ustedes son pastores", sino que el Pastor, y bueno, era Jesús, en auto referencia.


-- Yo no soy pastor -- decía una persona involucrada.


-- Yo soy es un "perro ovejero" que escucha los silbidos del pastor que le indica que corra a ladrar por este lado o por aquel otro para que las ovejas sigan juntas.


-- Pero, todas las ovejas, y hasta los mismos perros ovejeros, mirando siempre al único pastor.


-- Siempre mirando al único pastor.

-- Los ladridos de los perros no es para que sigan a cada perro, sino para que sigan la voz del único que conduce.

-- El ladrido es ese recordatorio.

-- Y, un ladrido puede indicar que se está saliendo de la manada, como, por ejemplo, en el caso de los "bachaqueros".

-- El Pastor tiene dicho que hay que "amar al projimo". Y, no amarlo es ir contra Dios.

-- Y el perro ovejero con su "juao-juao-juao", le está diciendo a las ovejas, que esa práctica del bachaqueo no es lo que dice el Pastor que se haga.

-- Sigan al PASTOR. Al único.

-- No lo dice el perro ovejero. Él, simplemente, ladra y ladra, porque sabe que el silbido le está diciendo que hay ovejitas que se están separando.

-- Juao-Juao-Juao....

Y, las felicitaciones y parabienes seguían llegando en aquel domingo, y aún, al día siguiente.

Colorín-Colorado; este cuento no se acabado.