jueves, 21 de mayo de 2020

UN CUENTO DE AYER DOMINGO

UN CUENTO DE AYER DOMINGO

P. Daniel Albarrán


Érase una vez...

Estábamos allí, a la espera del almuerzo.

Hacia calor. Los aires acondicionados no funcionaban.

Dos días antes habían dejado de hacerlo porque en un bajón de luz-electricidad.

Cosas de las cosas de estas cosas que suceden.

Entonces, uno preguntó

sobre los cuentos con crónicas

e hizo comparaciones.

Y, enseguida, habló de un cuenta cuento,

y nombró a Gabriel Jiménez Emán.

Yéndose por esos mundos la conversación,

y con ello, haciendo crónica de cuentos

en el arte de contar.

Y, poco a poco, aquella tertulia

se convirtió en una conversación literaria,

aflorando temas interesantes.

Entonces, una de las presentes

habló de sus obras

para aumentar la sorpresa.

Y se leyó, entonces, de su autoría algunos cuentos:

-- el cuento de la muñeca fea

-- el cuento de la oración de Claudia.

Y, estábamos emocionados

de las emoción

que da el arte.

Más aún, de la generosidad

y de la hermosura

de encontrarse hablando

de cosas que engrandecen

y embellecen más lo que ya es.

Y, sirvieron el almuerzo.

Y, se siguieron hablando.

Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.

Fin.

UN CUENTO DE TELEVISIÓN

UN CUENTO DE TELEVISIÓN

P. Daniel Albarrán


Érase una vez...

Se estaba corriendo la noticia:

El servicio de televisión de satélite

se iba y cerraba sus prestaciones en Venezuela.

Se trataba de Directv.

-- ¡ No puede ser! -- expresaban unos

con la esperanza que no fuera

más que una broma.

Pero, hay cosas que son

aunque uno no quisiera.

Simplemente, son.

Nada valía que se reiniciara

el decodificador.

La señal era azul

y el logos de la empresa que rotaba por toda la pantalla del televisor.

Pero, en algunos lugares

había señal y todo funcionaba sin problemas.

¿Cómo explicarlo?

El caso es que allá, sí.

Aquí, no.

Y, entonces, "esperanza"

aparecía.

Porque: un día que fueron al mercado,

y fue la última que se perdió.

Y, cabría la posibilidad que igual fuera en la realidad de este cuento,

que es, también, crónica,

más allá de cuentos.

Quedaba el día siguiente.

Había que esperar.

Qué pasaría con "esperanza".

Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE MARACAS

UN CUENTO DE MARACAS

P Daniel Albarrán


Érase una vez...

Estaban pasando cosas terribles.

Cosas que es mejor no detallar, para no ponernos nostálgicos.

Entonces, mandaron un vídeo

de un hombre

que hacía sonar una maraca,

y después de dos o tres sonidos,

el hombre decía,

cantando:

-- "aquí no pasa nada"

Y, el hombre recordaba

que si llegaba a suceder

"esto" o "aquello",

pasaría esto otro. 

Y, enseguida, el mismo hombre

reaccionaba,

y decía:

-- sucedió lo que se temía...

Y, volvía a maraquear, otras tres veces,

y volvía a decir:

-- "aquí no pasa nada".

-- y chuqui-chuqui-chiqui (sonido de la maraca).

-- aquí no pasa nada...

Y, en verdad, si estaban pasando

cosas de cosas,

por eso era que él maraqueaba y cantaba,

con sarcasmo....

Y, chuqui-chuqui-chiqui...

Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.

Fin